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2015/10/25

Entretenimiento familiar

Parece que no se ha escuchado mucho pero la semana pasada se cumplían 30 años del lanzamiento de la NES (Nintendo Entertainment System) en Estados Unidos (en Japón se lanzó el 15 de julio de 1983). Hace 30 años sus 8 bits revolucionaron el mundo del entretenimiento y a mi juicio también modificaron algo muchísimo más personal, la vida familiar. Tanto es  así que en algunos países a la NES se la conocía como FAMICOM (Family Computer). Existían con anterioridad otras videoconsolas como la Coleco Telstar, Magnavox o Atari 2600 pero la NES consolidó definitivamente el mercado de los videojuegos como un fenómeno de masas.

Otro añadido más a enriquecer la década de los 80, esa maravillosa época donde todo era novedoso y a todo se le daba verdaderamente la importancia que tenía, cuando las cintas de casete se escuchaban una y otra vez y se guardaban en estanterías limpias y ordenadas, cuando se compraba un electrodoméstico y toda la familia observaba expectante cómo se encendía por primera vez, cuando se hacía la compra del mes o cuando se vendían las videoconsolas como entretenimiento familiar. Observar un momento cómo se anunciaba la NES en 1985:

Nintendo

Absolutamente todo en ese anuncio es maravilloso. Sí, los televisores eran de tubos, sí, los mandos tenían cables, pero éramos mil veces más felices disfrutando en familia y escuchando las risas de nuestros hermanos.

Ahora tenemos todos móviles, desde un mismo dispositivo portátil disfrutamos de juegos, lectura, música, comunicación, dentro y fuera de casa, pero no nos engañemos, nada hay más solitario y silencioso que una red social. Los gritos, los empujones, los pisotones en el suelo, las mañanas de domingo en pijama frente a la pantalla, todo eso era lo que cimentaba el entretenimiento familiar, un entretenimiento que tenía mucho más valor que el de hoy. La diversión se amortizaba mucho más en el tiempo, nos encariñábamos de los aparatos eléctricos llegando a crear vínculos humano-máquina mucho más profundos de lo que hoy podemos imaginar.

Añoro esos tiempos, cuando se vendían las consolas como entretenimiento familiar y todos teníamos que dejar la partida porque la cena era algo sagrado. El mundo no siempre avanza en la dirección correcta. Los 80, bendita época.