He usado en muchas ocasiones el término arqueología digital para referirme a mi excelente labor en la búsqueda de documentos que yacen en el fondo del océano cibernético, perdidos o abandonados en anónimos naufragios por los antiguos navegantes que surcaron las aguas de aquel salvaje internet. Hoy sin embargo vengo a hablarte de la arqueología musical, como imaginarás es lo mismo pero encontrando valiosas canciones de la época dorada musical. Lo bueno que tienen los grupos del pasado es que tienen lo que tienen y su historia ya está escrita, esto que acabo de decir no lo entenderás a menos que lleves en tu interior uno de esos psicópatas del orden o la estandarización.

No sé si lo llegué a contar en el extinto y cada vez más lejano fleshfly 2.0, pero hace tiempo comencé una colección muy particular de música ochentera. Cuando hablo de colección, aunque digital, lo hago en el más estricto de los términos, es decir "en local", no online (cada vez me gusta más la expresión "en local"). No lo creo, pero si eres uno de esos jóvenes modernos a lo mejor desconoces lo que quiere decir "en local", esta expresión significa que tengo los archivos mp3 en mi disco duro, no en la nube ni en ninguna plataforma comunista como Spotify o Amazon Music.

Bueno a lo que iba que siempre me pierdo, hace tiempo me hice de una mega colección de música de los 70, 80 y 90, pero no uno de esos discos con the best of sino discos completos de los típicos grupos que a lo mejor sólo conoces la canción más famosa pero que rebuscando entre la basura como un ratón terminas encontrando verdaderas joyas. Como es el caso que te expongo aquí, no por vanguardista, no por técnica, no por virtuosa, sino por su esencia. [Te podría haber puesto el videoclip oficial de Fine Young Cannibals - I'm Not The Man I Used To Be, pero me gusta más como suena aquí y el bamboleo del vinilo siempre aporta valor añadido.]

No sé, a lo mejor algún día me da por publicar mi colección completa.