Cada año por estas fechas estivales suelo hacer purga en mi archivo digital y de paso mejorar un poco el workflow. El flujo de trabajo es para mí primordial. El hecho de dar con un archivo de forma fácil, rápida y eficaz es básico para el uso eficiente de tu tiempo y sobre todo para hacer de tu navegación un momento agradable.
A mí no sólo me gusta optimizar el workflow sino que también me gusta hablar de workflow, me entusiasma conocer cómo interactúan otros usuarios con su propio entorno, la mayoría de personas se comportan de una determinada forma sin ser conscientes de por qué hacen las cosas, es típico de gente mediocre, pero otros por el contrario nos pasamos media vida pensando en cómo organizar y administrar nuestra información.
Yo reconozco que, aunque en poca cantidad, sufro diógenes digital. Es entendible que una persona quiera hacer acopio de música o de películas, pero a veces y casi sin darte cuenta te descubres a ti mismo guardando cosas que rara vez vas a utilizar, por no decir ninguna. Como te decía antes estoy aprovechando estos días de asueto para hacer limpieza en mi archivo digital. En mi caso particular (supongo que como el 80% de la gente que me lee) divido mi espectro digital en cinco partes.
1. Ordenadores (discos duros internos)
2. Discos duros externos
3. Soportes ópticos (aunque parezca mentira es algo que me da tranquilidad)
4. Nube interna (NAS)
5. Nube externa
Saber cómo actuar según qué nivel y desarrollar un sistema eficiente de interacción entre los mismos es algo que me apasiona y a la vez me trae de cabeza, pero no voy a aburrirte más con este tema, si te estoy contando esto es porque poniendo orden en el nivel 2 (el de los discos duros externos) me he encontrado con una carpeta que conservaba desde hace muchos años y en la que en su día me dio por guardar los vídeos de youtube que me gustaban. Sé que estarás pensando que soy una especie de subnormal y posiblemente tengas razón, cuando se hacen este tipo de cosas siempre hay detrás un trasfondo distópico, aunque uno no quiera asumirlo se piensa en una posible catástrofe mundial, una caída sin previo aviso de un gigante de internet, una hecatombe digital que nos obligue a retroceder en el tiempo por obligación, ese tipo de cosas, cosas de gente loca, al menos es lo que quiero pensar para buscar explicación a este sinsentido, por muy vergonzante que sea.
Como a veces no estoy seguro si actúo en plenas facultades o por el contrario soy presa de mi locura decidí usar el comodín del público y esto ha sido lo que ha pasado:
Soy un incomprendido. Nadie me comprende. Nadie quiere acompañarme en mi locura. Soy Quijote de un tiempo que no tiene edad. El caso es que me he preguntado, "flesh, ¿realmente ese montón de basura te hace feliz?" Y para mi sorpresa la respuesta ha sido no. La contra-pregunta lógica sería, ya que lo tienes ¿qué te cuesta conservarlo?, pero ahora imagínate que de verdad fuera una diógenes, es decir que vas a la casa de uno de esos tarados que la tienen toda llena de mierda y cuando le preguntas que por qué no tira toda esa mierda y limpia la casa la respuesta fuera "si ya la tengo, ¿qué me cuesta conservarla?" Justo en este punto me he dado cuenta que conservar la basura digital no es el problema, sino que el hecho en sí es el diagnóstico médico de mi problema, ¿entiendes?, seguir con esa actitud no es más que el informe del psiquiatra que dice que estoy como una cabra aunque yo no me de cuenta. Así que lo he eliminado. El trabajo de recolección de años directo a la papelera por miedo a convertirme en una vieja de los gatos 3.0.
De verdad ¿para qué quiero el vídeo de un genio tirándose a unos cactus (no os perdáis los gritos del segundo 42) o un jovenzuelo lanzándose colina abajo en una tabla de longboard (me encantan los vídeos de longboard)? Necesito encontrar las razones para no querer estos vídeos. Y lo necesito porque ya lo he eliminado y estoy empezando a arrepentirme.