Atento a lo que te voy a contar porque esta historia es tan real como divertida. Yo calculo que sería entre 1999 y 2001, España era un lugar que estaba a punto de venirse a pique pero por aquel entonces todavía la gente era feliz y teníamos mucha más libertad de la que hoy tenemos. Los teléfonos no tenían internet, yo era OP del canal de mi barrio en el mIRC, las natillas Danone tenían el sabor del paraíso, los kioskos tenían toneladas de revistas con mujeres en pelotes y Canal+ todos los viernes de forma puntual nos alegraba la vida con una de sus maravillosas películas porno. El mundo era perfecto. Total que yo por aquel entonces era un joven de rizos dorados capaz de estar una semana recluido en mi habitación cenando macarrones con tomate delante del ordenador intentando soldar la eeprom a las tarjetas que pirateaban el Vía Digital, y así fue hasta que lo conseguí. La verdad es que no me costó mucho soldar, eso sí me puse de respirar estaño hasta las cejas jajajaja qué locura.
No te puedes ni imaginar la sensación que tuve cuando tras grabar las keys, metí la tarjeta esa que era enorme en el decodificador y bang!!! se veían toooodos los canales, fútbol, toros, documentales, cine, porno... cada minuto de ese tiempo que había estado encerrado en mi madriguera como un mapache había valido la pena.
Yo ya ganaba un dinero grabando CDs así que decidí expandir mi negocio vendiéndole a todo el barrio las tarjetas artesanas que recién aprendí a fabricar. Y ahora es cuando viene lo bueno, el vecino del tercero se enteró porque se lo contó una de sus hijas, así que por mediación de esta me dijo que quería una, así que fui a su casa con todo los cachivaches y aquello funcionó a la primera, toda la familia quedó maravillada con aquello que hice que parecía brujería, todos menos el padre, que tras recibir toda mi explicación me dijo con sus santos cojones, si tú te comprometes a venir siempre que cambien los códigos y tú me lo vuelves a configurar, yo te compro la tarjeta, jajAjaAJajAJAJAJ o sea que aquel fulano pretendía que si a las once de la noche estaba viendo los fogones tradicionales en canal cocina y la pantalla se le quedaba en negro, yo tenía que ir en pijama a grabarle las nuevas keys, es decir que si en un Madrid-Barcelona echaban cuatro o cinco bombas, aunque yo estuviera en Coria del Río comiendo albures en adobo, tendría que ir a arreglarlo, él quería que yo me comprometiera!!! total que con buenas palabras le dije que ni de coña, que eso lo tendría que hacer él con los cuernos que para eso yo le vendía toda la parafernalia y se lo estaba explicando con la claridad suficiente para que lo hiciera un mono chimpancé.
Así que recogí mis bártulos y me fui de aquel frenopático, las hijas se quedaron a cuadros cuando vieron que el padre me dejó escapar y aquella noche se quedarían sin ver la taquilla XY. Ahora que te estoy contando esto me están viniendo muchos recuerdos a la cabeza, la hija pequeña se llamaba Paloma, vamos se llamaba y se sigue llamando. A Paloma todos en la sombra la llamábamos Paloti, fue un sobrenombre que se le quedó porque sus padres de pequeña la llamaban cariñosamente así. Paloti creció y empezó a echar un culo tremendo, las caderas se le ensancharon como si hubiera tenido una madre congoleña. Así que Paloti pasó en poco tiempo de ser una niña con voz muy repelente, a ser el culo más deseado del barrio. De verdad, no te exagero, cualquiera de nosotros hubiese vendido a nuestra propia madre a unos mercaderes magrebíes de haber podido follárnos el culo de Paloti. Tenía tantas caderas que la empezamos a llamar Cadera Dial (como la cadena de radio). Paloti nos ponía palote. Para que tú me entiendas Paloti podría tener un culo como este: