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2019-04-01

Andi James, la madura perfecta

Lleva uno días apareciendo en la pantalla de mi ordenador una mature que no se me quita de la cabeza. Ya he hablado en alguna ocasión sobre el tema maduras, y es algo de lo que no me cansaré ya que es una categoría que tiene mucha literatura. Verás, hace unos años el término mature se empezó a desvirtuar, lo que ocurrió básicamente es que el término milf se popularizó tanto que todas las productoras comenzaron a vender como milfs a mujeres que no lo eran. Cuando se vende a una chavala de 30 años como milf, inevitablemente estás catalogando a una mujer de más de 35 años en e grupo de las matures. Y las cosas no son así.

A mí el tema este me recuerda mucho a la argucia de los fabricantes de discos duros cuando empezaron a vender la capacidad en potencias de 10, en lugar de respetar la potencia con base binaria que es la que se utiliza en realidad. Es un truco de marketing que funciona para quien no tiene ni puta idea de la vida.

En fin, el caso es que la mujer que hoy te presento es una madura de verdad, de hecho para ser más concreto yo diría que es una señora educada, que es posiblemente el estrato más deseado del verdadero amante de la fruta madura. Se llama Andi James, y aunque ya ha sobrepasado la barrera de los cincuenta (es del 7 de noviembre de 1966), no podemos considerarla una veterana de internet, ya que empezó en el mundo del porno bien entrada en años (algo parecido a Deauxma). No tiene web personal, se deja ver por twitter y de vez en cuando en alguna página de cams, y como dije al principio, es una constante en la categoría mature de grandes productoras.


Andi James es el ideal de madre de nuestro amigo con la que fantaseamos tantas veces cuando íbamos a su casa a jugar a la play. El padre trabajando, tu amigo que no te deja el mando y la buena señora que te llama para que le ayudes un momentito a colocarle en la despensa los briks de leche en lo que se agacha en cuclillas delante tuya en camisón para enseñarte el chumino como quien no quiere la cosa. A lo que te tienes que volver a tu casa con un amago de infarto y 40 de fiebre hablando un idioma desconocido.