Son muchas las veces en las que he hablado de la importancia del guion en el porno retro, incluso le dediqué un número entero en mi célebre saga porno actual vs porno retro. Pero debes saber que esta característica tan importante de narración, no fue algo exclusivo del cine, sino que en las revistas también se desarrollaban con brillantez estas historias preliminares cuyo fin, además de despertar excitación, era contextualizar el sexo en una escena creíble.
Al igual que la película cuenta con el sonido, el medio escrito cuenta con la literatura. El valor añadido del porno narrado no era sólo describirlo con palabras, sino plasmar la escena con viñetas como si de un cómic se tratase, siendo normal en las revistas porno de la época, presentar la escena a modo de guion gráfico, es decir, un storyboard.
La mayoría de las veces eran escenas de grupos de amigos disfrutando de unas copas en casa, pero las había de todo tipo, clases universitarias, secretarias complacientes, revisiones ginecológicas, hasta limpiadores de alfombras que era recibidos por amas de casa en lencería.
Otras veces, en lugar de estos storyboards, las escenas eran presentadas con fotografías a página completa que prácticamente podían considerarse portadas interiores. Sin duda un recurso que daba protagonismo a cada historia interior, separando entre ellas con su propia personalidad y reconociéndole la importancia a cada sesión de fotos con una imagen de presentación que muchas veces rozaba lo épico.
Como ves, en estas portadas interiores se observa también la importancia de uno de los recursos del porno retro que más definen una época, el conocido como porno sin porno.
La siguiente historia me llamó mucho la atención, tanto que ha sido la inspiradora de este post, cuando la vi tuve la impresión de que un amigo me estaba mostrando las fotos de sus vacaciones en Bangkok y que en su álbum también había incluido las fotos de las tailandesas que se llevó al hotel.
Esto no es más que otro de los muchos recursos que esconde el porno retro y del que estoy seguro, de no ser por mí, jamás hubieras sido consciente.