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La paradoja de Instagram y el apasionante mundo del porno impreso

Hace un año te hablé de la paradoja de Jevons aplicada a las redes sociales, te conté que el aumento de la eficiencia de facebook comenzó disminuyendo nuestro tiempo de consumo inmediato realizando las "tareas sociales" para terminar incrementando el uso que lo provoca, disparándose así nuestro tiempo en las mismas.

Las paradojas son como tréboles de cuatro hojas, se esconden entre el tumulto, tienes que esforzarte en encontrarlos y es gratificante descubrir una.

Hoy quiero hablarte de la paradoja de instagram.

Todos somos conscientes de la importancia del fenómeno instagram, pero no debemos olvidar una de las razones por la que instagram gustó tanto en sus comienzos. La viralidad y sociabilidad están muy bien pero facebook ya era viral y social, ¿entonces que tiene instagram que no tengan las demás redes sociales? Instagram es la red social más sencilla de todas. Aunque sería estúpido resumir el éxito de instagram en tan solo sencillez. A mi parecer el éxito de instagram radica en sus filtros.

Y he aquí la paradoja. Los filtros de instagram hacen que las fotografías actuales parezcan antiguas. Es decir la tecnología se ha puesto al servicio del pasado. Se ha creado toda una estructura para que una fotografía hecha con un teléfono de mil euros parezca hecha por una cámara analógica del siglo pasado.

Esa es la clave, la combinación perfecta de viralidad, sociabilidad, sencillez y filtros retro. De hecho el logotipo actual de instagram no tiene nada que ver con el de sus orígenes, que hacía clara referencia a una cámara antigua.
Es decir que uno de los pilares fundamentales de instagram ha sido retroceder en la fotografía gracias a la tecnología, lo que yo llamo retroavanzar.

Para que te des cuenta de la importancia de esto que te estoy contando te voy a poner dos ejemplos con disciplinas que podemos equiparar a la fotografía. El cine y la música. Imagínate gastarte mil quinientos euros en una televisión 4K para terminar viendo una película en bluray con un filtro VHS. O mejor aún, piensa en uno de esos flamantes equipos de música de alta fidelidad que soportan todo tipo de música digital, ¿te imaginas a alguien escuchando música actual con un filtro para que suene como un gramófono? Pues eso es lo que está pasando con instagram.

O más bien debería decir eso es lo que pasó con instagram, porque ciertamente cada vez los filtros están más en desuso. Instagram se ha convertido en una pasarela, un escaparate, un tablón de anuncios, y cada vez está más lejos de sus orígenes. Yo siempre he pensado que instagram es una síntesis de todo lo bueno que tiene facebook. Es decir si a facebook le vas recortando todo el sobrante igual que se hace con un solomillo, al final te queda instagram.

¿Por qué te estoy contando esto? Pues porque el otro día se me ocurrió invertir la paradoja, es decir, en lugar de convertir lo actual en retro pensé en modernizar lo antiguo. Al igual que se restauran los cuadros o las esculturas, se me ocurrió restaurar olvidadas fotografías de antiguas revistas porno y de alguna forma darles una segunda oportunidad, sacarlas del ostracismo en el que se encuentran y mostrarlas al mundo tras una restauración.

He de decir que ya he comenzado y los resultados son prometedores, sobre todo porque he encontrado verdaderas obras de arte que estaban olvidadas entre millones de páginas y ahora yo les voy a dar el protagonismo que se merecen.

Al principio pensé en subirlas todas al fleshfly, pero no lo veo lógico, luego comencé a subirlas a instagram, pero he desistido tras varias censuras. A flickr no las pienso subir por respeto, porque aunque cerré hace tiempo mi cuenta, siempre guardaré muy buenos recuerdos de aquello. Así que me he visto en la obligación de abrirme un tumblr.

Es curioso porque jamás pensé que me abriría una cuenta en tumblr. Si tuviera que definirlo diría que es una mezcla entre twitter, facebook y blogger, otra tontería más en la que perder el tiempo. Cabe la posibilidad que tarde o temprano cierre la cuenta, pero bueno, no pierdo nada por intentarlo, eso sí, aquí en fleshfly os mostraré lo que considere verdaderamente reseñable, como esta obra de arte:

Color Climax 111 (Enero de 1981)