Hace tiempo vi el anuncio de un detergente blanqueador que tenía una nueva fórmula súper blanqueante que mejoraba a la anterior. Si te pones a pensar llevan anunciando detergentes desde hace más de medio siglo, con fórmulas cada vez más blanqueantes, en los años 60, 70, 80, 90, hasta nuestros días. Imagina que de verdad cada no sé, 3 años por ejemplo, mejorasen la fórmula, si en los años 60 los detergentes ya dejaban la ropa muy blanca, hoy tendríamos un detergente con una fórmula 20 veces más efectiva que entonces, de ser así hoy saldría la ropa de nuestra lavadora con un blanco subatómico, prácticamente radiactivo, necesitaríamos gafas de soldador para mirar a una persona con camisa blanca. Sin embargo no sólo no han mejorado, sino que muchos han empeorado. Y esto no es sólo cosa de los detergentes, como habrás comprobado pasa con muchos productos, lavavajillas que cada vez dejan peores los platos, zumos que saben a rayos, dulces insípidos, ¿pero cómo es posible?
Según mi teoría del Control Silencioso de Calidad, la industria no puede estar mejorando productos cada x años, es imposible, sin embargo el marketing nos engaña haciéndonos pensar que es un producto mejorado, para que lo compremos por encima de la competencia. Hasta aquí todo normal. ¿Pero por qué la industria empeoraría un producto queriendo? Lo fácil sería pensar que exprimen los procesos productivos para ser más eficientes, sacrificando un poco la calidad final del producto, o que cambian a materias primas más baratas con la consecuente pérdida de calidad, y es posible, pero estoy seguro que la industria empeora los productos queriendo para asegurarse años venideros con lo que he denominado falsa innovación, presta atención. Imagina que el mayor nivel de calidad en cuanto a detergentes se alcanzara en los años 90 y que no fuera rentable superar ese nivel ya que los costes en investigación no fueran recuperables para una mejora tan pequeña. ¿Cómo diablos se mejora un producto que es casi perfecto? Tan sencillo como empeorándolo lenta y paulatinamente sin que la gente se dé cuenta.
Ahora imagina que la industria lleva bajando la calidad de sus productos desde los años 90 hasta por ejemplo 2020. Es decir que a día de hoy un detergente tiene la misma calidad que en 1970. Ahora sólo tendrían que repetir la historia aplicando las mejoras que ya conocen y que guardan con celo en un libro de patentes. Es decir que tendrían asegurados los próximos 30 años de mejoras en productos sin invertir un sólo céntimo en investigación. En 2030 la calidad del detergente sería como en 1980, en 2040 como en 1990 y a partir de ahí otra vez comenzaría una bajada silenciosa en la calidad.
Esta teoría explica las repetidas quejas de los niños de los 80, que si los donuts antes tenían otro sabor, que si las patatas Ruffles onduladas que vendían en la playa por tres paquetes veinte duros eran las mejores, el frigopie, las salchichas sabor jamón, las natillas Danone, el Fairy antes echaba más espuma, la Casera blanca, el olor del Cristasol, el blanco de la pintura Titanlux, ya sabes, ese tipo de cosas que no puedes decir muy alto porque te miran como si fueras un auténtico chiflado.
Ya salió a la luz lo de la obsolescencia programada, pues esto es lo mismo, los peces gordos que se ponen de acuerdo para controlar en silencio la calidad de los productos en ciclos alcistas y bajistas para ahorrar costes en investigación a largo plazo. Esto también explicaría la época jubilosa que se vivió en España en las décadas doradas donde todo era alegría, fascinación y tetas al aire. ¿Puede coincidir el fin de la pantomima con el cambio alcista de la calidad controlada? Cada vez hay más hombres por la calle con los calcetines subidos, las mujeres vuelven a dejarse crecer la frondosidad del chumino, la gente en lugar de hacer una escapadita a Venecia prefiere comer paella en los chiringuitos de Torremolinos, las tiendas de muebles vuelven a vender sillas de mimbre, las discotecas son el pasado, ahora lo que se lleva son las barbacoas en campos. Son un montón de indicios que así todos juntos, podrían considerarse pruebas.
Por cierto te dejo por aquí esta foto de Danni Ashe que evoca a la perfección todo lo que estoy hablando:
Aunque para anuncio de detergente, este: