Me acaba de pasar una cosa muy curiosa, estaba aquí con mi portátil, surcando las hoy tranquilas aguas de internet, y me han entrado unas ganas imperiosas de escribirte, pero como no tengo gran cosa que contar digo, me pongo a escribir improvisando y titulo el post noches de verano. Total que cuando iba a empezar a escribir, eso de noches de verano me sonaba familiar, hago una búsqueda y efectivamente ya escribí un post hace un año con el mismo título, pero lo curioso es que lo escribí hace justo un año, concretamente el 26 de junio de 2020. No sé ¿pero qué probabilidades había de pensar en el mismo título para un post justo al año? Tampoco es que sea nada del otro mundo pero me ha resultado curioso.
En fin, una cosa que sí quería comentarte es que con toda seguridad hemos vivido el mes de junio más fresco de los últimos 10 años como mínimo. Aquí en Sevilla estamos acostumbrados a que apriete la calor desde marzo, y en abril comienza para nosotros el verano. Bien pues este año son muchos los días de junio que hemos pasado frío, teniendo que salir incluso a la calle por la tarde con manga larga, algo inaudito.
Lo que realmente me extraña de todo esto es que el otro día escuché en la tele que según "los expertos" del "cambio climático", la temperatura media de este mes de junio había vuelto a subir por quince año consecutivo. Una cosa de locos. Es que ya no se cortan ni un pelo, estamos en Sevilla pasando frío en las noches de junio y la tele te suelta que está subiendo la temperatura. A mí lo que me inquieta realmente de todo esto es pensar que haya gente que se lo crea. Pero bueno si se han creído el teatro de estos últimos dos años, todo puede pasar.
Por cierto cambiando de tema, el otro día vi en una vídeo-guía sexual de 1970 que ya por aquel entonces se inventó un simpático artilugio para medir la fuerza que tienen las mujeres en el chocho. El aparato se llama Perineometer y su funcionamiento es tan sencillo como genial.
La parte fálica del Perineometer se introduce en la vagina como puedes ver en la siguiente ilustración, y al apretar el chumino, la válvula marca la presión igual que cuando se inflan las ruedas del coche. Me imagino a los padres de los 70 reunidos en un salón con algunos amigos vecinos jugando con sus mujeres a ver quién tiene más fuerza en el chocho, entorno a una mesa llena de gintonics en vasos de tubo y bandejas llenas de frutos secos, de esas que se venden ahora en el Zara Home por 45€.
Esa escena contiene todo lo que un hombre de los 80 anhelaba, una casa con estilo y bien iluminada con luz natural, dos altavoces gigantes colocados en un mueble de mampostería hecho a medida, un rincón con una tele y un equipo de música Hi-Fi, una mesa con libros y una mujer arreglada que te recibe con una copa. Sólo falta el coche deportivo pero a un hombre elegante como el de esta escena se le da por supuesto. Yo siempre he pensado que tras un cataclismo mundial, la mejor forma de volver a construir una sociedad próspera no sería con los telediarios, sino con las películas porno de los 80.