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ASMR DE LOMO EN MANTECA

Necesito que dejes lo que estés haciendo y me prestes toda la atención posible porque lo que hoy te traigo es uno de esos acontecimientos que sólo ocurren cada mucho tiempo. Internet es una caja de sorpresas donde cada vez se hace más complicada la tarea de encontrar verdaderas joyas. Navegar por internet a veces se parece mucho a navegar por alta mar, terminas aburriéndote de ver siempre el mismo azul, el mismo agua, el mismo cielo, pero puede ocurrir que en mitad de toda esa monotonía, sin previo aviso, ocurra un acontecimiento que compense todo ese aburrimiento, yo qué sé... imagínate que de repente asoma de las profundidades del mar un calamar gigante de cuarenta y siete metros y muestra sus tentáculos a pocos metros de ti. Pues el vídeo que hoy te traigo es uno de esos calamares gigantes, un Architeuthis de internet, término que por cierto se me acaba de ocurrir podríamos emplear de aquí en adelante para las genialidades que aparecen en internet sin previo aviso.

Sé que después de haber leído el título de este post estarás deseando de ver el vídeo, así que me voy a saltar la historia de esta señora, no voy a contarte nada más, ya habrá tiempo para las explicaciones.

Piénsalo bien, es un ASMR de una señora desayunando una tostá de lomo en manteca.


Mujeres desnudas por Sevilla [RESUELTO]

No sé si te acuerdas pero el 22 de octubre de 2017 dos mujeres desnudas se pasearon por el centro de la ciudad de Sevilla. Las fotografías de los espectadores que por allí paseaban se difundieron con rapidez entre los sevillanos y la noticia salió en los periódicos, de todo aquello hace más de dos años y nadie se acuerda, pero yo he pensado que sería buen momento desvelar la verdad de lo que pasó aquel día por las calles de Sevilla.

Las mozas que se paseaban en pelotes eran Jeny Smith y Vienna Love, como ya te dije en su momento todo apuntaba a que era cosa de rusos. Realmente conseguir un buen trabajo en este tipo de situaciones públicas es bastante complicado, hay muy pocos fotógrafos que sean excelentes en este campo, pero sin duda los pocos existen hacen un trabajo increíble. Por supuesto este no es uno de esos trabajos excelentes.


En realidad creo que el morbo de estas situaciones no es despelotarse en público en plan poca vergüenza, sino más bien conseguir transmitir tanto en fotos como en vídeo, ese toque de atrevimiento comedido sin perder el decoro.

Aquí te dejo algunas capturas del vídeo:


Si te interesan puedes pinchar aquí para acceder a la web de Vienna, si lo prefieres aquí tienes su cuenta de twitter. No sé qué más contarte porque tampoco hay mucho más que decir, simplemente un par de chochetes imberbes paseando por Sevilla.

No tarde en volver querido amigo, más noticias interesantes están al caer.

El verdadero valor de Polaroid

El otro día terminó en mi disco duro una colección de polaroids eróticas de la época dorada, me llamó la atención lo poco que hay escrito sobre este tema, verás, cuando se habla de Polaroid todo el mundo piensa en la gran ventaja que supuso la rapidez en el revelado, ya no tenías que terminar el carrete, recogerlo con cuidado para que no se velase, llevarlo a un laboratorio fotográfico y esperar un par de días para recogerlo, y digo un par de días porque eso del revelado en una hora es de la última etapa de la era analógica.

Pero en realidad la verdadera contribución que hizo Polaroid al mundo de la fotografía no fue la inmediatez, sino la privacidad. Si eres un joven lozano es posible que esto de la privacidad no lo entiendas bien ya que hoy día vivimos tiempos convulsos en los que las mujeres se exponen prácticamente desnudas en la propia intimidad de su baño, pero hace tan solo un par de décadas estas prácticas libidinosas eran impensables, la única posibilidad razonable para hacerse una foto de esa guisa era que el marido quisiera tener el recuerdo de su mujer jugando a ser una zorra como las mujeres que aparecían en las revistas porno.

¿Cuál era el problema? Pues que a menos que fueras aficionado a la fotografía y tuvieras en tu casa una habitación para positivar los negativos, cosa poco probable, tenías que llevar el carrete con las fotos de tu mujer enseñando su poblado chocho a la tienda de fotos más alejada de tu zona para que nadie pudiera reconocerte, y aún así, sabías perfectamente que durante el proceso de revelado, varios hombres verían las fotos de tu mujer en lencería transparente enseñando sus pezones. Sólo te quedaba rezar para confiar en la profesionalidad del fulano de las fotos y que no hiciera copias para cascársela con brío en su casa una y otra vez.

Todo este trance desapareció gracias a las Polaroids. Ahora los padres de familia podían fotografiar a sus señoras mientras freían croquetas en bragas sin miedo a que un señor con bigote se frotara el pene contemplando esa estampa. Esa privacidad ha sido uno de los mayores avances en la historia de la fotografía, olvídate de esa pamplina del revelado instantáneo, lo importante eran las fotos de los chochos.

Lo sorprendente de todo esto es que si alguien le hubiera dicho a ese señor de los años 80 que 30 años después la gente tendría cientos de fotos de sus mujeres guardadas en una pantalla que entraría en su palma de la mano, jamás se lo hubiese creído, y si encima le hubieran dicho que sus hijas con el mismo aparato se harían las mismas fotos que su madre en el baño pero en lugar de guardarlas en una caja de zapatos las publicarían en una cosa llamada internet para el disfrute de miles de pajizos, le hubiera dado un infarto en el mismo momento.

Creo que en aquel entonces nadie hubiere imaginado un futuro con la inmediatez de Polaroid y la difusión pública de la intimidad.