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Antonio Alcántara se folló a la mujer de Juan Cuesta

Tal cual acabas de leer, en su día el bueno de Imanol Arias, aka Antonio Alcántara, se folló a Loles León, aka la mujer de Juan Cuesta. Verás, este post iba a ser en principio algo muy distinto a lo que va a terminar siendo y es que el otro día vi en una de esas carpetas olvidadas en uno de los rincones de mi amalgama digital, un yacimiento de películas españolas de la época dorada, básicamente cine kinki y guarro. Y digo guarro, no erótico, porque el erotismo es algo muy distinto.

No me estoy refiriendo al cine del Destape, sino a ese cine subversivo, oscuro y satánico que en realidad pocos conocen y pese a lo que puedas creer, está muy bien producido. Bueno te explico, en principio yo quería hacerte un resumen de lo que realmente son esas películas, que resumiendo mucho podríamos decir que fue una semilla que enterraron hace 40 años, regaron las élites, germinó lustrosa y ha terminado por envenenarnos con sus frutos, que por cierto nos estamos comiendo actualmente.

¿Qué por qué he decidido no escribirlo? Porque estoy harto, o mejor dicho, asqueado, de comprobar que todo está infectado con sus señales. Ya sabes a qué me refiero. Si estás aquí es porque tú también tienes el ojo entrenado y eres capaz de verlo. Empecé a visionar por encima las varias docenas de películas que tenía en esa carpeta y créeme, allí había contenido para escribir un libro, el caso es que viendo una escena me pregunté ¿qué necesidad tengo de seguir perdiendo mi tiempo entre tanta basura?. No quiero extender esto mucho pero la escena de la que te hablo estaba protagonizada por Carmen Sevilla, lo que en principio allí se veía era la violación de una mujer por cuatro desalmados (¿te suena esto de algo?) aderezada con el sufrimiento del que está atado contemplándolo. A lo que irrumpe otra mujer con una escopeta para intentar salvarla con la mala suerte de que termina siendo ella violada. Vale eso es lo que se ve en cámara, pero en realidad lo que esa escena esconde y sólo es capaz de verlo el ojo entrenado, es la aceptación y normalización por parte de la mujer de ser violada, la furia que Carmen Sevilla proyecta al terminar es por no ser ella la violada, la envidia le corroe porque al final han elegido a la más joven y guapa. Total que este es el nivel.

Beatriz (1976) Carmen Sevilla

Además en algunas películas ni se cortan, no se andan con dobles sentidos, te hablo de escenas explícitas de rituales satánicos donde se viola y tortura a una mujer. Así que entre eso, los cuatro yonkis pinchándose heroína a las afueras de Barcelona, los navajeros abusando de chavalas en los parques, politoxicómanos atracando bancos, curas masturbándose en los altares y gitanos abriendo coches con destornilladores, he terminado con un empacho de cine kinki, satánico y guarro.

¿Qué es lo que he hecho? Eliminar más de cien gigas de películas sin pasar ni por la papelera de reciclaje. Para evitar la tentación de que en un futuro próximo me decidiera a escribir ese post que en principio iba a ser este. A mamarla.

Claro, a estas alturas te estarás preguntando qué pinta aquí el crossover este de Antonio Alcántara y la mujer de Juan Cuesta. Pues que viendo El amante bilingüe, una basura de 1993, vi una escena en la que Imanol se cepilla a Loles.

Loles León desnudaLoles León desnudaLoles León desnudaLoles León desnudaLoles León desnudaLoles León desnuda

Sí, ese culo es el de Loles León, ¿a que tú también te lo follabas?

Estoy pensando que para no dejarte un poco con las ganas de ese resumen, te dejo por aquí esto que escribí hace un par de años y básicamente viene a decir lo mismo pero todo condensado en una película, el primer torero porno.

La decadencia de Hipercor

Hace un par de días estuve dando una vuelta por Hipercor, bueno en realidad estuve paseando por la parte exterior de El Corte Inglés, de estos que están remodelando ahora cercando los espacios como si fueran centros comerciales normales. Se trataba del clásico paseo de verano por ECI para comprar cualquier antojo. Total que hacía tiempo que no entraba en Hipercor y entré con ánimo de gastar el jornal que conseguí ganar con tremendo esfuerzo en las minas de bauxita de Guinea.

Te digo de verdad que tenía ganas de comprar cosas, pero ver los mismos productos que se ven en otros establecimientos, algunos al doble de precio, apagaron mi apetito consumista, porque ya no se trata de pagar por un producto exclusivo de la mejor calidad, sino de hacer el canelo pagando el doble por los mismos productos de siempre. Así que empecé a deambular taciturno y apesadumbrado por aquellos solitarios pasillos en pos de encontrar un pequeño atisbo de luz que nunca llegó.

No sé si fue el olor a chanquete seco de la pescadería o la soledad de los pasillos, pero no me gustó nada aquella sensación. Como me daba vergüenza salir sin nada, cogí tan sólo dos productos random, y cuando los vi sobre los hierros oxidados de aquel carrito, me di cuenta que estaba ante uno de esos momentos épicos que deben ser fotografiados por lo lamentable de la situación.

Le decadencia de Hipercor

Esta foto me hizo pensar en lo divertidas que serían las redes sociales si en vez del postureo fotocopiado de la gente mediocre, se publicasen este tipo de momentos llenos de realidad. Porque para eso estoy yo aquí, mi querido cibernauta, para mostrarte tanto la cara más real de la vida como los chochos más suculentos de todo internet.

April Strawberries Femjoy


Tetas en televisión

Estaba hurgando como un ratón en mi ingente archivo VHS digitalizado para rescatar unas imágenes del pasado que andaba buscando cuando por sorpresa me topé con el especial de Televisión Española del 1 de enero de 1992. No sé si lo recuerdas pero en la noche de fin de año, la del 31, se emitía el especial de Martes y Trece, bueno de Martes y Trece o del que tocara, pero en 1992 fue Martes y Trece, y después de las uvas, en la madrugada ya del día 1, se emitía una gala especial de fin de año.

Yo además de las grabaciones de Martes y Trece, también conservo los especiales del día 1 de enero. El especial de Martes y Trece del 31 de enero de 1991 se llamó "El 92 cava con todo" y la gala del 1 de enero de 1992 se llamó "Por fin, 92".

Por fin 92

En aquellos 90 dorados, aún con ausencia de internet, se podían hacer varios planes según la edad con que te pillase, si eras un niño, como me tocó a mí, te bajabas con los vecinos a tirar petardos y aprovechando que tenías un mechero le metías fuego prácticamente a todo lo que encontrabas. Si por el contrario te pillaba ya con edad para salir, la juventud aprovechaba para perder el tiempo en los lugares esos de perdedores a los que llaman cotillón. Los padres o se quedaban con la familia en casa o se iban a casa de un vecino a beber gintonics en vaso de tubo, pero hicieras lo que hicieses, en las casas siempre había una mesa con copas de champán, bandejas con mantecados y frutos secos y una tele con el especial de fin de año sonando de fondo.

Aquellas galas fueron el reflejo de la época gloriosa que vivió la televisión en España. Había actuaciones musicales y humor. Es decir que en un mismo programa se podía ver la actuación de Miguel Bosé y una imitación de Jesús Gil, que Dios lo tenga en su gloria.

Por fin 92Por fin 92

Pero ahí no queda la cosa. Ya me habrás escuchado en muchas ocasiones decir que en la época dorada de España, lo mejor es que se vivía sin complejos. Eso quiere decir que tanto el humor políticamente incorrecto como las tetas estaban permitidas. Daba igual que fuese la televisión pública del Estado, daba igual que aquella noche hubiera niños viendo la tele hasta las tres de la madrugada, las tetas eran el pan nuestro de cada día.

Por fin 92Por fin 92Por fin 92

He querido pasar por alto, ya que no viene al caso, los símbolos masonazos que ya por aquel entonces comenzaban a aflorar en nuestras pantallas.

Lo que siempre me ha llamado la atención de aquellos números picantes era que el público de los mismos eran matrimonios de toda la vida, padres que calentaban como hacen los futbolistas antes de salir a jugar, era como la previa del polvo que le iban a echar a sus señoras esa misma noche, y las madres dándole ese espacio al hombre para que, aunque sea a su lado, se deleitasen con la carne de otras mujeres. Me pregunto yo, a cuántas de aquellas señoras educadas y madres responsables, no se les mojaría un poco la almeja viendo aquellas tetas de un lado para otro.

De hecho se aprovechaba cualquier excusa para poner cachondo al personal, es muy complicado que te acuerdes de esto pero había un grupo cómico de tres mujeres que se llamaban Las Veneno, estas tres señoras hacían teatrillos donde bromeaban con el acoso sexual y las relaciones de pareja, el típico humor de la España de los 90, el caso es que empezaban el teatrillo vestidas como señoras educadas y en mitad de todo, se quitaban la ropa para terminar como tres cabareteras.

Por fin 92Por fin 92

Con esta tesitura, imagínate si al personal le importaba un carajo que si la inflación, que si la guerra de no sé dónde, que si el cambio climático... Era la España de la felicidad, no como ahora que es encender la tele y tenernos amargados con invents.

Es más, no se necesitaba ninguna excusa para enseñar las tetas, conforme se iba acercando la madrugada, directamente había números eróticos, primeros planos de tetas y posturas claramente sexuales, en televisión, en TVE1.

Por fin 92Por fin 92Por fin 92

Cuánto hemos perdido. Cuánto tenemos que aprender de aquella España gloriosa.